lunes, 22 de noviembre de 2010

~La Biblia o el celular~




¿Se imaginan qué pasaría si tratáramos a nuestra Biblia de la misma forma que tratamos a nuestro celular y siempre cargáramos nuestra Biblia en la cartera, en el maletín, en el cinturón o en el bolsillo del traje?

¿Y si le diéramos una hojeada varias veces al día?

¿Y si volviéramos para buscarla cuando nos la olvidamos en casa o en la oficina?

¿Y si la usáramos para enviar mensajes a nuestros amigos?

¿Y si la tratásemos como si no pudiéramos vivir sin ella?

¿Y si la diéramos de regalo a los chicos para su seguridad y para estar comunicados con ellos?

¿Y si la lleváramos cuando viajamos, en caso de necesitarla como auxilio y ayuda?

¿Y si echáramos mano de ella en casos de emergencia?

Al contrario del celular, la Biblia no se queda sin señal.

Nos podemos conectar con ella en cualquier lugar.

No precisamos preocuparnos por la falta de crédito porque Jesús ya pagó la cuenta y los créditos no tienen fin.

Y lo menor de todo: no se corta la comunicación, y la carga de batería es para toda la vida.


"Busca al Señor mientras puede ser hallado; llámenlo porque está cerca" (Isaías 55,6)


TELÉFONOS DE EMERGENCIA


Cuando estés triste, marca Juan 14.

Cuando las personas hablen de ti, marco Salmo 27.

Cuando estés nervioso, marca Salmo 51.

Cuando estés preocupado, marca Mateo 6, 19, 34.

Cuando estés en peligro marca Salmo 91.

Cuando Dios parece estar lejos, marca Salmo 63.

Cuando estés solitario y con miedo, marca Salmo 23.

Cuando estés duro y crítico, marca 1 Corintios 13.

Para saber el secreto de la felicidad, marca Colonenses 3, 12-17.

Cuando te sientas triste y solo, marca Romanos 8, 31-39.

Cuando el mundo parece más grande que Dios, marca Salmo 90.

¡Anótalo en tu agenda, a lo mejor puede ser importante en algún momento de tu VIDA!

¡Y pásalo para otros, puede ser que alguno de esos números de emergencia salve una vida!



Anónimo.