sábado, 29 de mayo de 2010


Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre,
no puede destigrarse,
el hombre vive en riesgo permanente
de deshumanizarse.

José Ortega y Gasset


domingo, 16 de mayo de 2010

Un arte muy particular!

Este artista nos muestra, con una forma peculiar de pintar, un cuadro excelente... perooo.. lo hace con la grasitud de las hamburguesas, que por lo visto no es pocaaa!

Disfrútenlo!




7ª Entrega de 115 Anécdotas de los Santos...

Ambrosio

He aquí un santo que fue DOCTOR, pero no era medico.

Este santo vivió hace muchos años. Nació en Tréveris (ahora en Alemania) y se educó en Roma en el seno de una familia noble. Estudió derecho e ingresó en la administración pública. Pero a pesar de sus logros, Ambrosio nunca dejó de estudiar y eso le permitió ocupar muchos cargos importantes y hasta llegó a ser obispo de Milán.

Ambrosio estudió tanto y realizó tantos aportes en vida, que después de su muerte siguió cosechando títulos como el de “doctor de la Iglesia”. Pero, ¿qué es un doctor de la Iglesia? Bien, un “doctor de la Iglesia” es un maestro cristiano eminente, proclamado por la Iglesia como merecedor de este título. A través de este rango, se reconoce la contribución de una persona a la doctrina y a la comprensión de la fe. Generalmente son hombres y mujeres que fueron muy estudiosos y que usaron su sabiduría para comprender a Dios y así poder amarlo aún más.


¿Te gustaría ser doctor para tener mucha sabiduría y poder trasmitirla a otras personas? ¿O tal vez te gustaría ser doctor para curar a los enfermos y cuidar de la salud de los demás? Tal vez te gustaría más ser trapecista, policía, bombero, pintor, o cocinero. Lo importante es que, más allá de la profesión o el oficio que elijas, Dios esté SIEMPRE presente en cada momento de tu vida y ocupe un lugar central en ella. ¿Por qué no dedicas a Dios alguna de tus tareas del día de hoy? Si lo haces sentirás que tu trabajo fue el doble de valioso. ¡No dejes de intentarlo!

lunes, 10 de mayo de 2010

RAICES PROFUNDAS...


Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.



Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.


Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no crecieran, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.
Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar hacia lo más profundo, en busca del agua y de los variados nutrientes encontrados en las capas más inferiores del suelo.
Así, según el, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuvieran siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que hice con mi vecino.



Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.

Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia.

Al aproximarme, noté un bosque que no había antes.
¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.




Lo curioso es que aquél era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.
Qué efecto curioso, pensé...

Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.



Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido. Frecuentemente rezo por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de este mundo...

He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos.



Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.



Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a rezar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.

Procuramos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y barridos.
La naturaleza nos enseña muchas cosas si las sabemos ver.


Desconozco su autor


viernes, 7 de mayo de 2010



Los suspiros son aire y van al aire.

Las lágrimas son agua y van al mar,

dime mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes a dónde va?

Gustavo Adolfo Bécquer


lunes, 3 de mayo de 2010


~ El Sol y la Luna ~




Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez se enamoraron perdidamente y desde ahí comenzaron a vivir un gran amor.

El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio un toque final… ¡el brillo!

Dios decidió que el SOL iluminaría el día y que la LUNA iluminaría la noche y por ese motivo estarían obligados a vivir separados.

Ambos fueron invadidos por una gran tristeza y cuando se dieron cuenta que nunca más se encontrarían…

La LUNA fue quedándose cada vez más triste. A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola.

El SOL a su vez, había ganado un titulo de nobleza “ASTRO REY” pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios viendo esto los llamó y les explicó:

Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.

En cuanto a ti SOL, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminar la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y solo eso hará a las personas más felices.

La LUNA mas triste se puso con ese cruel destino y lloró amargamente y el SOL al verla tan triste, decidió que no podría ser débil, ya que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido.

Aun así, el estaba tan preocupado que decidió pedirle algo a Dios:

Señor, ayúdale a la LUNA por favor, es mas frágil que yo, no soportará la soledad…

Y Dios… en su gran compasión… creó las estrellas para hacerle compañía a la bella LUNA.


La LUNA siempre que esta muy triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.

Hoy ambos viven así… separados, el SOL finge que es feliz, y la LUNA no puede disimular su tristeza.

El SOL arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.

Dicen que la orden de Dios era que la LUNA debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró… porque es mujer y una mujer tiene fases… Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo.



LUNA y SOL siguen su camino. El solitario pero fuerte y ella, acompañada de las estrellas, pero débil.

Los hombres intentan constantemente conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás ha conseguido traerla hasta la tierra, nadie realmente ha conseguido conquistarla por más que lo intentaron.

Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese realmente imposible, ni siquiera el de la LUNA y el SOL… fue en ese instante cuando El creo el Eclipse.


Hoy SOL y LUNA viven esperando ese instante, esos momentos que les fueron concedidos y que tanto cuestan que sucedan.

Cuando mires al cielo, a partir de ahora y veas que el SOL cubre a la LUNA es porque el SOL se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de Eclipse.


Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

Ahora ya sabes… esta es la bella historia del SOL y la hermosa LUNA, esa historia que fue capas de erizar tu cuerpo al pensar que puede ser tu historia de amor…



Autor desconocido