
Cuando el discípulo estaba acabando su instrucción y ya le quedaban pocos días para partir, el maestro le llamó a su presencia:
El maestro sonrió:



Sólo el amor de una Madre apoyará,
cuando todo el mundo deja de hacerlo.
Sólo el amor de una Madre confiará,
cuando nadie otro cree.
Sólo el amor de una Madre perdonará,
cuando ninguno otro entenderá.
Sólo el amor de una Madre honrará,
no importa en qué pruebas haz estado.
Sólo el amor de una Madre resistirá,
por cualquier tiempo de prueba.
No hay ningún otro amor terrenal,
más grande que el de una Madre.
Mi Mamá me Ama
El bacán sesentón piantó pal "shopping"
y compró pa' su vieja un buen regalo.
Lo garpó muy campante porque al toque,
firmó con su "Mont Blanc" un checonato.
Pensó un saludo pa' fletar de raje
directo al corazón, el de su madre,
minga de "fax", "e-mail" o de "internet"
sino por mano propia, vía sangre.
Esperaba el chamuyo de su cuore
pa' su tarjeta personal, bacana.
El Rolex de oro le morfó las horas,
y el mensaje filial se le negaba.
Rechiflado por la espera dijo "planto",
y compró: sacapuntas, blando lápiz,
y un cuadernito de colgar palotes,
cuadriculao, como en el tiempo de antes.
Con bastones ensayó la "m",
redondeles y ganchos pa' la "a"
y así temblando iluminó llorando,
la frase más papusa: "mi mamá".
Con escritura ingenua, la de antaño,
dio testimonio de su amor primero,
orando la plegaria candorosa
que encendía las hojas del cuaderno,
mi mamá me ama
mi mamá me ama
mi mamá me ama
Amuró el Faber, encendió un cigarro.
Peló su lapicera y satisfecho,
escribió con su letra ejecutiva:
Vieja, todo está igual,
no cambió nada:
Yo amo a mi mamá
y mi mamá me ama.


"Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!