
sábado, 28 de noviembre de 2009


- Por no escuchar a los demás y empecinarnos en nuestro error, podemos cometer errores mayores. Nuestro apego a lo material puede llevarnos a perder aún más y a ponernos en mayores peligros. Aprovechemos las circunstancias, por nefastas que sean, para nuestro bien y el de los demás. Usemos la cabeza y el sentido común.-

jueves, 26 de noviembre de 2009
Este santo planeaba ser un héroe militar, hasta que leyó algunos libros y se convirtió en otro tipo de héroe muy diferente.
El padre de Aloisio era un marqués que estaba al servicio del Rey de España y quería que su hijo fuera un gran soldado. Pero cuando Aloisio tenía unos diez años de edad se enfermó gravemente y tuvo que hacer reposo. No era momento para ser soldado, así que se dedicó a leer libros (en esa época no había televisión).
¿Qué clase de libros crees que leyó? ¡Leyó acerca de la vida de los santos! ¿No crees que se habría sorprendido de saber que algún día él sería incluido en un libro de santos y que tú estarías leyendo acerca de él?
Aloisio también leyó historias de sacerdotes jesuitas que habían viajado a India para ser misioneros y eso le pareció muy heroico. Así que decidió que quería ser sacerdote en lugar de soldado y eso fue lo que hizo. Se convirtió en un sacerdote heroico ¡y en un santo!
¿Crees que alguien alguna vez leerá acerca de ti en algún libro? Si no fuera en un libro de santos, ¿crees que podría ser en algún otro libro? Bueno, no estés tan seguro.
¡Aloisio tampoco lo creía posible!
Leer puede abrir todo tipo de puertas, darte nuevas ideas, rumbos y posibilidades. ¿Por qué no comienzas hoy mismo a leer al menos una parte de un libro por día?
Será divertido. Tal vez algo que leas te inspire un proyecto que convierta algún día en héroe.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Una muchacha estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de una gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo. También compro un paquete de galletas. Se sentó en un asiento en la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz.
Al lado del asiento donde estaba la bolsa de galletas se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer. Cuando ella tomo la primera galleta, el hombre también tomo una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "pero, que descarado, si yo estuviese mas dispuesta la daría un golpe en el ojo para que nunca mas se le olvide". Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar.
Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: "ah... qué será lo que este abusador va a hacer ahora?".
Entonces el hombre dividió la ultima galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella.
Ah!! aquello era demasiado! se puso a bufar de la rabia! Entonces cerro su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque.
Cuando se sentó, confortablemente, en su asiento, ya en el interior del avión, miro dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí... todavía intacto, cerradito!!
Sintió tanta vergüenza. Solo entonces percibió lo equivocada que estaba, había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa!!
El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras ella quedo muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no había mas tiempo para explicaciones... ni para pedir disculpas.
Cuantas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de los demás, y no somos conscientes de ello?. Antes de llegar a una conclusión... observa mejor!! Tal vez las cosas no sean exactamente como piensas, no pienses lo que no sabes acerca de las personas...
miércoles, 11 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
