sábado, 9 de enero de 2010


~El Loto Sagrado~



El loto puede ser el símbolo más grande que conoce la humanidad, mediante él se pueden comprender los grandes misterios del Universo y también del Hombre.



El loto, sagrado desde la Antigüedad para los indo arios, los egipcios y después de ellos para los budistas, era reverenciado en China y en Japón, y fue adoptado como emblema cristiano por las Iglesias griega y latina, que luego lo reemplazarían por el nenúfar (o la azucena o lirio de agua o flor de lis).

SIMBOLOGÍA DEL LOTO

Para gran parte de los sistemas filosóficos y religiosos: hinduista, egipcio, semita, y aun en el cristianismo; el fuego representa el principio activo, masculino y generador. Y el agua o vapor: el firmamento o el alma de la materia, el principio femenino pasivo, del cual han emanado todas las cosas de este universo. De ahí que el agua sea “la Madre” y el fuego “el Padre”.
Como el loto se cría en el agua al calor del sol, los antiguos lo consideraron hijo del Fuego y del Agua; de ahí que simbolice también la dualidad de Espíritu y Materia.

El loto es una figura simbólica del poder dual y creador en la naturaleza: materia (agua, tierra, aire) y fuerza (fuego= aliento oculto). El Loto simboliza tanto la vida del hombre (la unidad andrógina), como el cosmos (energía-materia).

La raíz del loto hundida en el cieno representa la vida material. El tallo lanzándose hacia arriba a través del agua simboliza la existencia en el mundo psíquico. Y la flor flotando sobre el agua y abriéndose hacia el cielo, es el emblema de la existencia espiritual.

Raíz corpórea que está en el cieno del estanque. Hojas psíquicas en el seno tranquilo y "lunar" de las aguas. Mientras que su corola, que es el alma ya liberada, y su perfume, que es el Espíritu mismo, se bañan bajo los rayos del Sol vivificador. Cada uno de nosotros lleva en sí la "Joya en el Loto", llámese Padmapâni, Krishna, Buddha, Cristo o cualquier otro nombre que podamos dar a nuestro principio divino, el Yo.

El loto sagrado, Nelumbo nucífera Ggaertn., pertenece a la especie de las Nelumbonáceas. Crecen estas plantas herbáceas en aguas tranquilas. Poseen raíces sólidas que les permite sujetarse en los fondos fangosos. Las hojas y las flores crecen sobre largos pedúnculos o tallos y la mayoría de ellas flotan sobre la superficie del agua.

Tratamiento exótico

El Lotus-exótico como símbolo de la belleza sagrada. Es un tratamiento originario del sur de Asia y está creado para mimar nuestro cuerpo y nuestra alma. Es un ritual en el que se combinan las propiedades de la flor de loto junto con los minerales del mar. El tratamiento es el siguiente:

• Se sumergen los pies en loción de flor de loto y agua y se masajean los pies. El aceite de limón aporta una sensación de frescor en las piernas y en la cintura.

• Sobre el abdomen se colocan piedras templadas.

• El rostro se desmaquilla y se tonifica. Se realiza un peeling a las semillas de la flor de loto y un peeling frutal para los ojos, en los que se aplica también un serum drenante. La mascarilla de loto para el rostro está compuesta con principios activos que renuevan las células (10-15 minutos). Para finalizar se cubre el rostro con una toalla húmeda.

• Para terminar se realiza un masaje capilar y cervical y se degusta un té blanco con sus apreciadas propiedades antioxidantes y purificantes del organismo. Los egipcios la utilizaban como antitusígeno en decocción, sedante general, tonificante de la función cardiorrespiratoria así como mucolítico. La raíz contiene alcaloides (nuciferina, romerina, O-nornuciferina, anonaina, lirodenina, dihidronuciferina, pronuciferina, anneparina, N-metilcoclaurina y N-metilisococlaurina) con una acción estimulante y sobre todo para aumentar las defensas del organismo.

El análisis del aroma de un loto de 2000 años

En 1951, una de las tres semillas de loto de 2000 años descubiertas en el área Kemigawa de la prefectura de Chiba en Japón, floreció y fue llamada “La flor más antigua de la tierra.” Esta planta fue bautizada con el nombre de “Ohga Lotus”.
Los científicos de los Laboratorios Shiseido analizaron el aroma de 40 especies de loto, incluyendo el Ohga Lotus. Sus componentes aromáticos están contenidos en el tallo.
Los pétalos también poseen alguna fragancia, pero su contribución es mínima. Los principales componentes aromáticos incluyen al Caryophyllene, el Pentadecan y el 1,4 Methoxybenzene, el cual se caracteriza por un olor dulce y ligeramente medicinal, que otorga a la flor del loto su fragancia mística.

Resulta interesante, que las diversas especies de loto y los grados de hibridación puedan ser determinados, midiendo la proporción del contenido de este compuesto aromático.
Las hojas también contienen alcaloides (liensinina, isoliensinina, neferina, lotusina, etilcoripallina y dimetilcoclaurina) que le confieren una acción relajante, antibacteriana y astringente.
Tanto la raíz como las flores contienen glucósidos, así como determinadas enzimas proteolíticas con marcada acción antiinflamatoria de las mucosas.
Tiene propiedades antitusígenas, actuando sobre el centro del control de la tos, es mucolítico, expectorante y normalizador de la función cardiorrespiratoria.
También actúa como reequilibrante del sistema nervioso vegetativo, produciendo una relajación de la musculatura lisa y actuando como antiespasmódico e hipotensor.
Se recomienda en afecciones respiratorias (bronquitis, tos seca e irritativa, faringitis, etc.), insomnio, nerviosismo, hipertensión, etc.

De la mayoría de plantas, sólo se usan o sus raíces, o los tallos, flores, frutas, semillas o las hojas. En cambio, algunas plantas como el loto son útiles en toda su integridad. Así, los pétalos rojizos del loto tienen la función de favorecer la circulación de la sangre, sus verdes hojas pueden quitar la sed y el calor; sus sabrosas semillas pueden relajar la mente y reforzar el corazón; sus blancas raíces tuberosas sirven para armonizar el estómago y abrir el apetito.

Además de su increíble comportamiento, ya que el loto es capaz de mantener un aspecto incólume aún en entornos llenos de fango y que ha dado lugar al llamado efecto loto; esto es así gracias a los pequeños gránulos de cera que recubren toda su superficie e impiden que se adhieran las partículas de suciedad. De esta forma el agua de la lluvia es capaz de limpiar las plantas arrastrando las partículas de suciedad situadas en la superficie, pero que nunca se adhieren. El efecto loto ha inspirado la elaboración de pinturas, superficies autolimpiantes, tejidos impermeables, etc.

Cuentan que al cortar el tallo del loto es imposible separar las dos partes, como una pareja de enamorados, permanecen siempre unidas por sus interminables hilos de seda.

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